Por ejemplo, observas cómo un amigo al que aprecias abofetea violentamente a su pareja, cuando antes nunca había mostrado signo alguno de violencia. Este comportamiento te produce un conflicto, porque no encaja con las representaciones mentales que tienes de tu amigo (una buena persona incapaz de hacer daño a nadie).
Si recurres a la asimilación, piensas que su pareja le ha hecho algo terrible y lo ha empujado a actuar de un modo completamente impropio de él (de este modo no modificas tus esquemas mentales; es decir, no cambias la opinión que tienes de tu amigo). Si recurres a la acomodación, piensas que no es la persona que creías que era, sino que es alguien capaz de mostrase violento con su pareja (por tanto, cambias tus esquemas mentales).
Cuanto más extraño, inusual o inesperado sea el suceso, mayor será la necesidad de asimilación, acomodación o ambas. Las personas que tienen una elevada tendencia a utilizar la asimilación, no experimentan mucha curiosidad. Esto puede ser debido a que no experimentan un gran conflicto porque no tienen un mapa cognitivo del mundo lo bastante diferenciado respecto a ese nuevo estímulo como para que cause un gran conflicto, o puede ser debido a que sienten una gran ansiedad al percibir algo tan novedoso o extraño y actúan de un modo defensivo para deshacerse del conflicto con el menor problema posible.
En cambio, las personas muy curiosas mostrarán un alto interés por la novedad o las características únicas del suceso o información, y también por la integridad de su mapa cognitivo. Detestarán tanto la asimilación como la acomodación y buscarán el mejor modo de resolver el conflicto. Por lo general, hacer eso requerirá la búsqueda de información adicional para construir una nueva integración de la información exterior con lo previamente conocido.
Así, estas personas harán preguntas, harán cálculos, le darán vueltas a las cosas una y otra vez, tratarán de verlas desde diferentes puntos de vista, etc. Seguramente tendrán, en un principio, más dudas que el resto de las personas, pero finalmente alcanzarán algún tipo de resolución al conflicto. El resultado es que se desarrolla un nuevo orden de representación del mundo.
Si recurres a la asimilación, piensas que su pareja le ha hecho algo terrible y lo ha empujado a actuar de un modo completamente impropio de él (de este modo no modificas tus esquemas mentales; es decir, no cambias la opinión que tienes de tu amigo). Si recurres a la acomodación, piensas que no es la persona que creías que era, sino que es alguien capaz de mostrase violento con su pareja (por tanto, cambias tus esquemas mentales).
Cuanto más extraño, inusual o inesperado sea el suceso, mayor será la necesidad de asimilación, acomodación o ambas. Las personas que tienen una elevada tendencia a utilizar la asimilación, no experimentan mucha curiosidad. Esto puede ser debido a que no experimentan un gran conflicto porque no tienen un mapa cognitivo del mundo lo bastante diferenciado respecto a ese nuevo estímulo como para que cause un gran conflicto, o puede ser debido a que sienten una gran ansiedad al percibir algo tan novedoso o extraño y actúan de un modo defensivo para deshacerse del conflicto con el menor problema posible.
En cambio, las personas muy curiosas mostrarán un alto interés por la novedad o las características únicas del suceso o información, y también por la integridad de su mapa cognitivo. Detestarán tanto la asimilación como la acomodación y buscarán el mejor modo de resolver el conflicto. Por lo general, hacer eso requerirá la búsqueda de información adicional para construir una nueva integración de la información exterior con lo previamente conocido.
Así, estas personas harán preguntas, harán cálculos, le darán vueltas a las cosas una y otra vez, tratarán de verlas desde diferentes puntos de vista, etc. Seguramente tendrán, en un principio, más dudas que el resto de las personas, pero finalmente alcanzarán algún tipo de resolución al conflicto. El resultado es que se desarrolla un nuevo orden de representación del mundo.
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