Rasgos anatómicos del cuerpo humano que no sirven para nada, o para casi nada. Muchos de ellos ya fueron identificados por Charles Darwin en El descenso del hombre (1871). La ciencia todavía no puede ofrecer una explicación completa por la que algunos rasgos anatómicos obsoletos persisten en nuestro acervo genético y otros, tal vez más útiles, desparecen.
Son los llamados órganos vestigiales. Su función original se ha perdido durante la evolución. En 1893, Robert Wiedersheim publicó una lista de 86 órganos humanos de los que se desconocía su función. Hoy en día, la lista es mucho menor, y muy debatida.
Es posible que en un futuro hipotético alguna parte del cuerpo del siguiente listado se haya esfumado del ser humano. La evolución se habrá encargado de ello.
El músculo piramidal: Es un diminuto músculo triangular que se une al hueso púbico. Sale de la pelvis por el agujero sacrociático mayor y desde ahí se dirige hacia abajo por debajo del glúteo. Más del 20% de nosotros carecemos de él. Es bastante inútil, aunque es cierto que resguarda el nervio ciático. También es importante en deportistas de alto rendimiento. sobre todo en deportes de resistencia.
El órgano vomeronasal: Un diminuto hoyo a cada lado del tabique nasal que se localiza en el hueso vómer, entre la nariz y la boca Si somos capaces de captar feromonas, cosa que todavía no es segura, probablemente lo hagamos gracias a este órgano. También se llama órgano de Jacobson. Las serpientes lo usan para oler presas, sacando la lengua y atrayendo partículas a la abertura del órgano en el paladar. Algunos mamíferos utilizan un movimento facial característico llamado reflejo de flehmen para enviar compuestos a este órgano, mientras que en otros mamíferos el mismo órgano se contrae y bombea para atraer los compuestos.
Las muelas del juicio: Solo el 5% de la población cuenta con un juego sano de estos terceros molares. Algunos podrían pensar que se les denomina “muelas del juicio” por las terribles molestias que provocan, pero no es así. Es porque aparecen cuando una persona está ingresando a su etapa adulta (entre los 15 y 25 años de edad), y, supuestamente, es cuando posee “más juicio” o sentido común. Se cree que estos cuatros molares se desarrollaron hace miles de años cuando el ser humano necesitaba de una masticación más fuerte, pues su alimentación era principalmente a base de alimentos crudos.
Tercer párpado: Un ancestro común a las aves y los mamíferos podía haber contado con una membrana para proteger el ojo y barrer los residuos hacia el exterior. De él los humanos conservan solo un pequeño pliegue en la esquina interior del ojo. También se llama membrana nictitante. Algunas personas cuando observan que una película color blancuzco o rosada cubre el ojo de su mascota no saben a qué atribuir la causa y no es raro que piensen que el ojo se ha dado vuelta o que el animal esté mirando hacia arriba. Ni una cosa ni la otra. Simplemente es el tercer párpado que lo está cubriendo.
El tubérculo de Darwin: Es un engrosamiento cartilaginoso del borde de la oreja presente en muchos seres humanos, interpretado como vestigio de la punta de la oreja común en mamíferos. Podría tratarse de un remanente de una formación más grande que ayudaba a centrarse en los sonidos distantes.
El músculo palmar: Este músculo largo y estrecho recorre el codo hasta la muñeca, junto al supinador largo, y está ausente en el 11% de los humanos modernos. Una vez pudo ser importante para colgarse y escalar. Los cirujanos lo aprovechan para emplearlo en cirugía reconstructiva.
Pezones masculinos: Los conductos lactíferos se forman antes de que la testosterona provoque la diferenciación de sexos en el feto. Según la revista LiveScience, sea cual sea nuestro sexo, todos comenzamos siendo mujeres en el vientre materno. ¿por qué los pezones masculinos vienen equipados con nervios y vasos sanguíneos? En muchos mamíferos machos las hormonas se encargan de atrofiar la formación de los pezones. ¿Amamantaban los hombres prehistóricos a sus jovenzuelos? La ausencia de pruebas sugiere que no. Lo más probable es que los pezones masculinos erectables, al no suponer un problema, no fueron eliminados por la selección natural.
Músculo erector del pelo: Ciertos haces de fibras musculares lisas permiten a los animales erizar su pelaje para mejorar su capacidad de aislamiento o para intimidar a otros animales. Cuando los músculos erectores del pelo se contraen, empujan todo el folículo piloso hacia afuera. Además, la contracción de dicha fibra muscular tiende “a provocar hoyuelos” en la piel encima de las zonas de donde se fija a la capa papilar de la dermis. Así pues, el efecto de “la piel de gallina” que se produce en nuestra piel es un vestigio de esta habilidad.
Coxis: El coxis es la “rabadilla”; el hueso inferior de la columna vertebral. Estas vértebras fusionadas son todo lo que quedan del rabo que la mayoría de los mamíferos aún emplean para mantener el equilibrio y para la comunicación. Nuestros ancestros homínidos perdieron la necesidad del rabo cuando comenzaron a caminar erguidos. Las verdaderas fracturas de coxis son poco frecuentes y usualmente involucran amoratamiento en el hueso o estiramiento de los ligamentos.
la foto del párpado ese da un poco de asquito XD
ResponderEliminares curiosa la actualización... algún día descubriremos para qué sirven todas esas cosas y también cómo se llama la otra parte del codo, el "antecodo" como yo le digo XD
Anónina
Se llama fosa cubital, he tenido que buscarlo xD.
ResponderEliminarajá, lo que yo decía, Antecodo XD
ResponderEliminarfosa cubital... mmm... interesante... si alguna vez no sabéis dónde dejar los cubitos de hielo, pues ya tenéis dónde, en la fosa cubital XD
Anónina
soybien rico
ResponderEliminarfosa ulnar, de hecho.
ResponderEliminarHola, el piramidal que es inconstante es el del abdomen, según Moore :) Quise comentarlo en otras páginas equivocadas, pero no pude por falta de registro en las mismas. Saludos!
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