Un grupo de ladrones atacó al señor Li mientras trabajaba como conductor de taxi. Él recibió una golpiza y presumiblemente le clavaron el cuchillo en la cabeza y el filo que entró por detrás de la oreja se desprendió del mango, quedando oculto dentro de su cráneo.
Un portavozdel hospital Yuxi de Yunnan, en la región sudoeste de China, explicó que "vino con un historial de jaquecas severas y hemorragias inexplicables por nariz y boca. En cuanto le hicimos una placa fue claro qué andaba mal". Luo Zhiwei, director del departamento de cirugía del hospital consideró que "el hecho de que Li sobreviviera a la lesión y que haya llevado una vida relativamente normal durante todos estos años con un chuchillo enterrado en su cabeza es un milagro médico".
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