Un equipo científico ha descubierto vida en un ecosistema localizado bajo un glaciar en la Antártida desde hace aproximadamente dos millones de años. Los microbios, sugiere una publicación recogida por la revista Science, sobreviven en condiciones espartanas: en aguas sin oxígeno y en oscuridad. Los hallazgos proporcionan datos sobre el modo en el que se mantuvo la vida en la etapa en el que la Tierra se convertía en una bola de nieve, los periodos en los que algunos científicos especulan que el planeta estuvo completamente cubierto de hielo, y da pistas sobre la posibilidad de encontrar vida en otras circunstancias igualmente inhóspitas, como en Marte o en Europa, la luna helada de Júpiter.
Los investigadores han encontrado vida microbial en muchos lugares inusuales: en las fosas de los fríos y obscuros océanos, en los conductos geotermales marinos, en las más profundas capas de hielo. Y cada vez que los cientíticos descubrían lagos subglaciares en la Antártida, entre los años 60 y 70, se preguntaban si los microbios podrían sobrevivir allí también. Sin embargo, las oportunidades de perforar kilómetros de hielo en estos lugares para hallar la respuesta se veían abortadas por la posibilidad de contaminar estos lagos prístinos.
Las Cataratas de Sangre, un pequeño lago salado dentro del glaciar Taylor, en el Valle Seco de la Antártida, ofrece una alternativa. El lago fue parte originalmente de un sistema de fiordos marinos que comenzó a ser encerrado en el glaciar Taylor cerca de 1'5 millones y 2 millones atrás. Con una profundidad de 400 metros y del que procede una corriente que tiñe de naranja el hielo a causa de la oxidación, su flujo permite esporádicamente a los investigadores explorar el lago sin riesgo de contaminar el medio ambiente.
El geomicrobiólogo Jill Mikucki, del Dartmouth College (Hanover, Estados Unidos), ha recogido durante seis años muestras del agua de las Cataratas de Sangre. Una batería de tests ha revelado que estas aguas, aunque no contienen oxígeno, sí hospedan a al menos una comunidad de 17 tipos diferentes de microorganismos. ¿Cómo han podido sobrevivir allí tanto tiempo, sin luz ni oxígeno? Mikucki y su equipo descubrió tres principales indicios. Primero, un análisis genético de los microbios muestra que estos organismos están relacionados con otros microorganismos que utilizan sulfato en vez de oxígeno para la respiración. Segundo, los análisis isotópicos de las moléculas de oxígeno de sulfato revelan que los microbios podían modificar el sulfato sin tener que utilizarlo directamente para respirar. Tercero, el agua estaba enriquecido con hierro soluble, lo que puede ocurrir sólo si un organismo ha transformado el hierro, ya que es insoluble, en formas más idóneas para la vida.
La explicación, según recoge Sience, es que los organismos utilizaron sulfato catalizador para respirar con hierro y metalizaron las cantidades de materia orgánica que estaban atrapadas con ellos en la profundidad del lago desde hace tiempo. Los experimentos en laboratorio han sugerido que esto es posible, pero nunca se había encontrado en la naturaleza.
Las Cataratas de Sangre, un pequeño lago salado dentro del glaciar Taylor, en el Valle Seco de la Antártida, ofrece una alternativa. El lago fue parte originalmente de un sistema de fiordos marinos que comenzó a ser encerrado en el glaciar Taylor cerca de 1'5 millones y 2 millones atrás. Con una profundidad de 400 metros y del que procede una corriente que tiñe de naranja el hielo a causa de la oxidación, su flujo permite esporádicamente a los investigadores explorar el lago sin riesgo de contaminar el medio ambiente.
El geomicrobiólogo Jill Mikucki, del Dartmouth College (Hanover, Estados Unidos), ha recogido durante seis años muestras del agua de las Cataratas de Sangre. Una batería de tests ha revelado que estas aguas, aunque no contienen oxígeno, sí hospedan a al menos una comunidad de 17 tipos diferentes de microorganismos. ¿Cómo han podido sobrevivir allí tanto tiempo, sin luz ni oxígeno? Mikucki y su equipo descubrió tres principales indicios. Primero, un análisis genético de los microbios muestra que estos organismos están relacionados con otros microorganismos que utilizan sulfato en vez de oxígeno para la respiración. Segundo, los análisis isotópicos de las moléculas de oxígeno de sulfato revelan que los microbios podían modificar el sulfato sin tener que utilizarlo directamente para respirar. Tercero, el agua estaba enriquecido con hierro soluble, lo que puede ocurrir sólo si un organismo ha transformado el hierro, ya que es insoluble, en formas más idóneas para la vida.
La explicación, según recoge Sience, es que los organismos utilizaron sulfato catalizador para respirar con hierro y metalizaron las cantidades de materia orgánica que estaban atrapadas con ellos en la profundidad del lago desde hace tiempo. Los experimentos en laboratorio han sugerido que esto es posible, pero nunca se había encontrado en la naturaleza.
L oque más me ha sorprendido es lo de los microorganismos que respiran sulfato 0.0
ResponderEliminarmuy curiosa la actuacización cuanto menos ^^
Mak