La Ley Cornelia promulgada por el dictador Lucio Cornelio Sila prohibía las prácticas abortivas. El emperador Augusto, preocupado por las bajas tasas de natalidad existentes en la época, promulgó medidas para obligar a los jóvenes romanos a contraer matrimonio y prohibió el uso de los anticonceptivos y el aborto.
El naturalista latino Plinio el Viejo, que poseía vastos conocimientos en numerosos campos científicos, puestos todos ellos de manifiesto en su Historia Natural, menciona también los anticonceptivos.
El médico Sorano de Éfeso, contemporáneo de Adriano (76-138), recomendaba en su Ginecología, obra que alcanzó un considerable prestigio en los siglos siguientes, el uso de una mezcla compuesta por aceite rancio de oliva, miel y bálsamo o resina de cedro, que debía introducirse en el útero.
También propugnaba el uso de un método que se reveló bastante eficaz. Éste consistía en introducir una bola de lana en la vagina que era empujada hasta la entrada del cuello del útero, previamente empapada de vino u otras sustancias de textura gomosa (un líquido en el que previamente se había disuelto corteza de pino).
Otro método consistía en crear una costra sobre el pene, mediante una pomada que poseía la cualidad de matar el esperma, al cerrarle el acceso al cuello del útero.
Joder que soluciones mas espartanas!
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