28 junio 2010

Locos experimentos militares


Desde hace mucho tiempo los ejércitos han invertido ingentes cantidades de esfuerzo y dinero en investigación con el objetivo principal, y obvio, de conseguir avances científicos y tecnológicos que les permitan posicionarse un poco por encima de otros países, tendencia que hoy en día sigue estando en pleno auge como demuestra que “cada dos días” aparezca alguna nueva investigación llegada desde agencias como la estadounidense DARPA (siglas de Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa).

Al igual que en la historia de la investigación científica y tecnológica civil en la militar encontramos tanto triunfos como estrepitosos fracasos y también estrambóticas investigaciones con los objetivos más extraños. Una interesante selección de estas últimas ha realizado recientemente la gente de la publicación Wired entre la que encontramos absolutamente de todo, y de muestra ahí van algunas de ellas.

Murciélagos bomba

¿Murciélagos bomba?” Pues sí, o un WTF de grandes proporciones. Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial la Fuerza Aérea estadounidense se puso a buscar alguna manera más eficaz que las que utilizaban hasta el momento para arrasar las ciudades japoneses desde el aire, y una de las ideas que se probó fue adosar al cuerpo de pobres murciélagos pequeños artefactos incendiarios.
Concretamente la idea era lanzar miles de murciélagos armados de napalm hasta los dientes sobre X localización. Estos tocarían tierra y se introducirían en los rincones y grietas de los edificios, lo que hacen por naturaleza (por aquellos años la mayoría de edificaciones de Japón estaban hechos de madera y otros materiales altamente inflamables). Finalmente el ejército activaría todos los dispositivos al mismo tiempo. El resultado serían miles de incendios iniciados de manera simultánea por toda la ciudad, situación que desbordaría por completo a los bomberos japoneses.

Aunque suena a locura se hicieron varias pruebas. A principios de 1940 se realizó una en una pequeña base del ejército norteamericano situada en Carlsbad. Cogieron a varios murciélagos, les endosaron al cuerpo bombas incendiarias de napalm y los echaron a volar. El resultado fue un desastre ya que los murciélagos bomba le prendieron fuego a las propias instalaciones de la base militar, pero a pesar de este fallo, el proyecto continuó.

Tiempo después se hizo una segunda prueba que esta vez si dio mejores resultados. Los militares construyeron una maqueta de una ciudad japonesa en el estado de Utah la cual bombardearon con una legión de murciélagos cargados de napalm que hicieron blanco y provocaron el efecto deseado: fuegos simultáneos de magnitud considerable. Tras algún tiempo más de investigaciones alguien con dos dedos de frente puso fin al proyecto.

Espuma pegajosa para frenar vehículos

Por el mes de febrero de 2009 se supo que el Ejército de los EE.UU le concedió un contrato a una pequeña empresa especializada en adhesivos para que desarrollaran un sistema de detención de vehículos mediante espuma. El objetivo es conseguir un material que pueda frenar en seco un vehículo y dejarlo inmovilizado, una espuma capaz de absorber la energía cinética del mismo.
Esto obviamente es tremendamente complicado de conseguir ya que los vehículos están en movimiento y la espuma se tendría que solidificar en un tiempo de milisegundos para frenarlos. No se sabe si el proyecto sigue en marcha o han desistido.


Por cierto, en 1995 la Marina norteamericana ya utilizó algo similar en Somalia pero para frenar a personas, unas pistolas lanzaban un tipo especial de espuma de rápida solidificación que dejaba atrapado al enemigo, aunque no resultaron ser muy eficaces y se dejó de utilizar el invento.

Bombas nucleares portátiles

Como sabemos una ojiva nuclear, por muy pequeña que sea, no es ninguna tontería, la potencia destructiva de este tipo de artefacto, lo que desgraciadamente ya comprobó el hombre, es tremendamente impresionante. Pues bien, a pesar de esto durante la Guerra Fía a algún lumbreras de la fuerza militar norteamericana se le ocurrió que había que crear lanzadores portátiles personales de bombas nucleares. Dicho y hecho.

En la década de 1960 el ejército tenía más de dos mil dispositivos de este tipo los cuales estaban armados y listos para ser usados. Estaban armados con pequeñas cabezas nucleares y tenían un alcance máximo de tan solo 3 kilómetros. En 1962 se puso a prueba uno de ellos en el desierto de Neveda y el artefacto nuclear explotó a tan sólo 1,6 kilómetros de distancia de donde fue lanzado. Fue la última explosión nuclear en suelo estadounidense.

Delfines mortales

A principio de 1990 un oficial del ejército ruso entrenó a varios delfines para que atacaran naves enemigas. Realizó varias pruebas para demostrar que los delfines podían reconocer diferentes buques por los sonidos de sus hélices, con lo que en teoría solamente habría que “armar a un delfín” con explosivos y darle instrucciones para que los llevara hasta el objetivo deseado.
No se sabe si se llegó a realizar alguna prueba real, pero lo que sí se sabe es que cuando el ejército ruso no pudo seguir cuidando de su flota de delfines, estos fueron vendidos a Irán. Después de ahí se les perdió la pista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario