Se habla (desde hace más de 25 años) de órganos trasplantados que producen ciertos cambios en las costumbres y hasta en los comportamientos de sus nuevos portadores. Investigadores como el estadounidense Paul Pearsall se dedicaron a estudiar qué sucede cuando una persona recibe un órgano trasplantado. Siempre basándose en un concepto central: la memoria de las células.
Y es que ahora, algunos médicos, psicólogos, hablan más y de a pequeños grupos de algo que antes se consideraba intocable: la posibilidad de que la información de la que es portador un ser humano no esté únicamente guardada en el cerebro, sino también a lo largo de todo el cuerpo, en lo profundo de sus diferentes células.
Luis Ángel Díaz, experto en esto de la memoria celular y autor de varios libros, entre ellos “La memoria en las células”, explica algo sobre el tema.
Luis Ángel Díaz: Los rasgos, las características, los hábitos, las tendencias, tanto en cuanto a virtudes o deficiencias, están no sólo en el ADN sino también en todo el sistema de memoria del cuerpo: cerebro, espina dorsal, terminales nerviosas… Se han encontrado neuronas en el corazón, en el estómago. La comunidad científica está abriendo los ojos a que haya memoria más allá del cerebro, y con el tiempo las irá hallando en todos los órganos internos.
¿Y qué cambios implicaría eso para el día a día de una persona?
Es a través de la memoria celular que estamos condicionados a vivir la vida como la vivimos. Todo esto empezó con Paul Pearsall, que a pesar de haber sido considerado un loco por estudiar qué sucede cuando una persona recibe un órgano trasplantado, ahora está siendo cada vez más respetado. Él analiza cómo los rasgos, hobbies y limitaciones de la persona que donó el órgano se transmiten (o no) al receptor.
Se pueden heredar tendencias virtuosas, se ha comprobado por ejemplo que hay personas a las que ni siquiera les interesaba la poesía y después de un trasplante del corazón comienzan a escribirla. También se detectaron cambios en la sexualidad, como en el caso de una mujer que era lesbiana y después de la operación deja de serlo. Inclusive se rastrearon variaciones en los hábitos alimentarios.
Una mujer hace unos meses, contándome que su marido estaba teniendo una serie de cambios de comportamiento que la estaban llevando a pensar en separarse de él. El hombre recibió el corazón de un joven de 25 años que formaba parte de banditas armadas traficantes de drogas. El hombre que recibió su órgano no toma alucinógenos, pero se convirtió en una persona mucho más agresiva de lo que era.
Esto genera miedo para quienes esperan un trasplante, ¿no?
No debería serlo… Todos guardamos memoria en nuestro cuerpo de lo que han sido los sucesos felices o traumáticos por los que pasamos a lo largo de la vida.
CASOS Y TESTIMONIOS
- Una niña de ocho anos recibe el corazón de una niña de diez años asesinada y sus pesadillas ayudan a resolver el crimen, una mujer tímida y reservada se vuelve mas aseveradora y tiene sueños gráficos del donante que nunca conoció.
- Un hombre extrañamente adquiere el gusto musical de su donante.
- Un americano que había recibido hace trece años el corazón de un suicida en un transplante se mató de la misma forma que su donante. Además de esto, un año después del transplante, ya había buscado a la familia del donante para agradecer el órgano y terminó relacionándose (y se casó!) con la viuda del antiguo dueño del corazón!
- Hay casos donde el donante era fumador y la persona que recibió su hígado comenzo a tener muchisimas ganas de fumar, aunque anteriormente odiara el cigarrillo.
Es un tema que esta en discusión actualmente y que deja mucho que pensar.